La locura tan presente y al mismo tiempo tan lejos, sonríeme por favor (pegue un grito que hizo asustarse a todo mi interior). Un momento de terror. Un mal flash, un sentimiento de pena a mí misma.
Fue maravilloso tenerte conmigo aunque sea unas cuadras.
Mi sonrisa se borro en un segundo, entonces me pregunte como algo que puede ser un espectáculo para la vida llega a doler tanto, sin una necesidad ni una explicación lógica que le dé sentido a tanto mal estar.
Me pregunto, entiendo esa teoría de los caminos y destinos que a lugares te dirigen, te dan todo y te sacan, te dejan, pero por lo menos te saludan a lo lejos.
Elijo no olvidar todo, por esta noche me voy a permitir abrazar a mi almohada, me voy a acurrucar en mi misma, me voy a acariciar… hoy necesitaba estar al lado tuyo toda la noche. ¿Qué es lo que te pasa?
OPORTUNIDADES como nunca. Indicaban solo una cosa, nos dirigían al mismo lugar. No fue difícil de entender, no fue solo mi imaginación. Era una idea genial. Nuestra noche.
Volves a ser: una canción que suena en este instante, la impotencia que me corre por los nervios, las lagrimas que bajan por mi cara y chocan con mi boca, que duele de la misma manera que mi interior (que ya no grita nada).
Es increíble lo asquerosamente perfecto que te veo.
Una mirada desde abajo por la tarde, un deseo por cumplir por la noche. Un pasado que no dice mucho, un par de besos y a volverme loca de por vida.
Tu vida y me vida caminando juntas (no soy cursi para nada eh). No soy yo. No sos vos. Es tan diferente a todo… es poder ver adentro tuyo y querer zambullirse en él.
Increíble, caigo nuevamente y camino las mismas calles pensando que alguna vez algo va a cambiar.